151 y más..

Hace 151 años, en un tiempo de oscuridad y opresión, un grupo de valientes se unió bajo una visión común: La libertad de Cuba.

Bajo el liderazgo indomable de José González Curbelo, la Orden Caballero de la Luz nació con un propósito claro y noble: luchar contra el colonialismo español y liberar a su patria de las cadenas de la dominación.

José González Curbelo: Un Líder Visionario

José González Curbelo no solo fue un líder, sino un faro de esperanza en tiempos de desesperanza. Con una determinación inquebrantable y una pasión ardiente por la libertad, reunió a hombres y mujeres dispuestos a sacrificar todo por la causa de la independencia. Su liderazgo certero y su capacidad para inspirar a otros fueron fundamentales para la creación de la Orden Caballero de la Luz.

Sangre, Sudor y Lágrimas: El Precio de la Libertad

La historia de la Orden Caballero de la Luz está escrita con sangre, sudor y lágrimas. Cada miembro de la orden sabía que su lucha no sería fácil y que el camino hacia la libertad estaría lleno de obstáculos. Muchos de ellos dejaron atrás a sus familias, sus hogares y sus comodidades, y se enfrentaron a un enemigo poderoso con valentía y determinación.

Sangre: La lucha por la independencia cobró muchas vidas. Muchos miembros de la orden se enfrentaron a las fuerzas coloniales en batallas sangrientas, derramando su sangre por un ideal más grande que ellos mismos. Cada gota de sangre derramada fue un testimonio de su compromiso con la libertad de Cuba.

Sudor: La dedicación de estos valientes no conocía límites. Trabajaron incansablemente, día y noche, para organizar, reunir recursos y planear sus expediciones armadas y ayuda al Ejército Libertador. Su sudor fue el reflejo de su arduo esfuerzo y de su incansable determinación de no rendirse nunca.

Lágrimas: La lucha por la libertad también trajo consigo dolor y pérdida. Las lágrimas derramadas por los compañeros caídos, por las familias separadas y por los sueños rotos fueron el precio emocional que pagaron. Pero cada lágrima también fortaleció su resolución de seguir adelante, de no dejar que sus sacrificios fueran en vano.

Una Orden para la Patria

La Orden Caballero de la Luz no solo fue un grupo de lucha, sino una hermandad unida por el amor a su patria. Su misión trascendía el combate físico; también se dedicaron a la educación y la concienciación, trabajando para despertar el espíritu de libertad en todos los cubanos. Su Fé en Dios y en la libertad de la Patria se convirtió en un grito de guerra y una promesa de esperanza para las generaciones futuras.

El Legado Perdura

Hoy, 151 años después de su fundación, la Orden Caballero de la Luz sigue siendo un símbolo de sacrificio y dedicación. La libertad que disfrutamos hoy es el fruto del esfuerzo y la valentía de aquellos que no temieron enfrentarse a la tiranía. Su legado vive en cada cubano que valora la libertad y en cada rincón de esta tierra que alguna vez fue oprimida.

En cada acto de justicia, en cada palabra de libertad y en cada corazón que late por Cuba, la llama de la Orden Caballero de la Luz sigue ardiendo. Que nunca olvidemos el sacrificio de aquellos valientes y que siempre honremos su memoria con nuestras acciones y nuestro compromiso con la libertad y la justicia.


PJ: Manuel Cruz Tabares Luminar de la Centenaria Logia Baluarte Optimismo #10 de la Orden Caballero de la Luz.

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