Por Luminar Pasado Manuel Cruz Tabares de la Centenaria Logia Optimismo #10 OCL

Caballero de la Luz

En momentos de prueba y desafíos en nuestra isla, cuando esta y el mundo parece estar envuelto en tinieblas, se necesita la fuerza inquebrantable de los Caballeros de la Luz más que nunca. Nuestra Orden, que ha sido un bastión de sabiduría, justicia y rectitud, requiere hermanos comprometidos, dispuestos a luchar con pasión y a sacrificarse por el honor de nuestra institución. La falta de compromiso y la apatía son enemigos que no podemos tolerar. Necesitamos guerreros de luz que amen esta Orden y estén listos para darlo todo en la defensa de sus valores y principios.

La Moral: El Pilar Inquebrantable de Nuestra Hermandad

La moral es el núcleo de la identidad de un Caballero de la Luz. Es la guía que determina nuestro actuar en cada momento de nuestras vidas, asegurando que nuestras acciones estén siempre alineadas con la rectitud, el honor, y la justicia. En un mundo donde la tentación de la inmoralidad y el desvío de principios es constante, la moral de un Caballero debe brillar más fuerte que nunca. No es una opción; es una necesidad vital para preservar nuestra esencia.

Cada miembro debe ser un ejemplo vivo de integridad. No podemos permitir que la indiferencia o la debilidad moral se filtren en nuestras filas. Cada acto, cada decisión, debe reflejar los valores más altos que defendemos. El compromiso con la moralidad no es solo una elección, es un mandato, un llamado ineludible que debemos honrar con todo nuestro ser. No hay espacio para la apatía, la Orden necesita líderes de carácter, capaces de ser un faro de luz y esperanza.

La Palabra de un Caballero: Sagrada e Inquebrantable

Para un Caballero de la Luz, la palabra es sagrada. No hay fuerza más poderosa que la de un compromiso hecho con la verdad en el corazón. La palabra de un Caballero no se da a la ligera y, una vez dada, se cumple con convicción y determinación. La falta de compromiso con la palabra es una traición a los principios de la Orden, y esto es algo que no podemos tolerar. Es a través de la palabra que se construye la confianza, tanto entre nosotros como con aquellos a quienes hemos jurado proteger.

Cada uno de nosotros debe reflexionar profundamente sobre la importancia de nuestra palabra. Cuando un Caballero promete, debe estar dispuesto a llevar ese compromiso hasta las últimas consecuencias. Debemos ser inquebrantables, estar dispuestos a sacrificarnos por la verdad y la justicia. Este es el legado que defendemos, y no podemos permitir que la falta de acción o la mediocridad erosionen la nobleza de nuestra misión.

Los Principios que Forjan a un Caballero de la Luz

Los principios de un Caballero de la Luz no son negociables; son la esencia de nuestra hermandad. El respeto, la lealtad, la justicia y la humildad son los valores que nos definen. Pero estos principios no son meras palabras bonitas; son las herramientas con las que forjamos nuestro destino y el de nuestra Orden. En tiempos de crisis, son estos principios los que nos sostienen, nos guían y nos inspiran a ser mejores.

No hay lugar para la tibieza o la apatía. Un verdadero Caballero de la Luz no solo habla de estos principios, sino que los vive cada día, con cada decisión. Hoy, más que nunca, necesitamos hermanos apasionados, dispuestos a luchar con valor y a hacer los sacrificios necesarios para mantener viva la llama de nuestra sagrada institución. La apatía es una enfermedad que corroe el espíritu, y no podemos permitir que infecte nuestra Orden.

El Llamado Urgente a Todos los Hermanos de la Orden Caballero de la Luz

Hermanos, el momento de actuar es ahora. Nuestra Orden necesita guerreros comprometidos, hombres y mujeres que amen profundamente nuestra institución y que estén dispuestos a poner el bienestar de la Orden por encima de todo. No es tiempo de titubeos ni de indecisión; es tiempo de levantarnos con fuerza, de reafirmar nuestros juramentos y de trabajar juntos por el futuro de nuestras Logias y de la Orden Caballero de la Luz.

La falta de compromiso y la apatía son venenos mortales que no podemos permitir que se enraícen en nuestras filas. Necesitamos hermanos que sean faros de luz en tiempos de oscuridad, que con coraje y dedicación lleven adelante el legado de nuestra hermandad. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar, un deber que cumplir, y es fundamental que nos unamos con un solo propósito: la preservación y el fortalecimiento de nuestra Orden.

Conclusión: La Llamada a la Acción para Todos los Caballeros de la Luz

La moral, la palabra y los principios no son solo los cimientos de nuestra hermandad, sino también las armas más poderosas con las que contamos. En este tiempo crucial, hacemos un llamado a todos los hermanos: levántense, únanse y demuestren con acciones lo que significa ser un verdadero Caballero de la Luz. Que cada uno de nosotros sea una luz brillante en la oscuridad, un defensor valiente de la justicia, la verdad y la nobleza.

Es el momento de la acción, del compromiso y del sacrificio. Que nuestra Orden, la Orden Caballero de la Luz, se mantenga siempre firme, guiada por el poder de nuestros juramentos y por la fuerza de nuestros corazones.

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